Llegué a casa cansada tras un día de trabajo bastante duro, tampoco ayudaba el hecho de llevar tiempo sin dormir bien y un cúmulo de preguntas sin respuesta agolpándose en mi mente. Esperaba no encontrarle en casa, rezaba por que la luz del salón estuviese apagada y ninguno de mis temores apareciera en mi interior pero, no podía estar más equivocada, parecía que siempre esperara mi llegada.
Dejé mi maletín en el suelo y me dirigí silenciosamente hacia el salón donde él permanecía inmóvil, mirándome con fijeza, parecía que nada estuviese a su gusto fuera cual fuera la situación.
– Llevo esperándote dos horas – comentó, con voz tensa, denotando molestia pero mostrando una media sonrisa socarrona, evitando que pudiera subir por las escaleras y esfumarme -.
– Lo siento, he tenido mucho trabajo en la oficina – crucé ambas manos enfrente de mí y bajé la cabeza, señal de que le obedecía, necesitaba que lo creyera, al menos, por esta noche -.
– No has llamado – mientras lo dijo, empezó a levantarse lentamente para verse cara a cara conmigo en la distancia-.
– No, no lo hice. No tuve tiempo, lo siento – tragué saliva en cuanto vi por el rabillo del ojo que se iba acercando a mi posición con lentitud y sigilo para provocar en mí una sensación de temor, la misma que cada noche -.
– Te has saltado las normas, Lisa – llegó frente a mí y sonrió de oreja a oreja como si estuviera feliz tras una increíble fiesta de cumpleaños, con ambos ojos desorbitados, mostrando su absoluta locura – Sabes qué sucede cuando te saltas las normas, ¿verdad, cariño?
Asentí con la cabeza, incapaz de articular palabra. Me cogió del brazo antes de que empezara a forcejear tratando de evitarlo y me llevó a rastras al sótano, el lugar más temido de la casa, donde tan solo podía bajar si él me acompañaba. George era un hombre muy fuerte y grande, me tiró al suelo con despreocupación e hizo que me echara hacia atrás ayudándome de las manos, con temor en la mirada, cuando sonreía no era muy buena señal.
– Por favor, ¡he dicho que lo siento! – grité, totalmente asustada, sabía lo que ocurriría después y tan solo de imaginarlo, prefería morir que seguir en aquel sótano – No me hagas esto, por favor.
– Siempre te he dicho que quiero que estés aquí a las diez y hoy has venido a las doce, ¡¿por qué, eh?! Por que la niña tenía mucho trabajo… – su cara empezaba a volverse roja, parecía estar a punto de explotar y yo no sabía qué hacer – ¿Sabes qué me ocurre a mí? Que tengo hambre… Y tan solo espero a mi mujer para que me haga la cena y poder irme a dormir con la barriga llena, ¿es eso tan difícil de comprender?
– Ya sabes que… llevo momentos muy estresantes en la oficina últimamente y no puedo dejarlo todo por… – supongo que esa no era la frase que quería oír porque me dio dos fuertes bofetadas en la cara con rabia -.
– Es decir, que no lo dejarías todo por mí… – me levantó del suelo con una mano, mi cuerpo se desprendía a ambos lados sin demasiada preocupación, así que, ¿qué más podía perder por hablar? -.
– La verdad es… que no – respondí con contundecia y cierto deje de determinación en la voz que hizo que su mano apretara mucho más mi brazo, estaba segura que iba a tener una magulladura muy fea mañana – No daría por ti ni un dólar, no te mereces nada, eres un psicópata con delirios de grandeza encerrado en la prisión de mamá. Todavía tienes un montón de fotos suyas como si todavía siguiera viviendo aquí, ¡te comportas como si yo fuera ella!
– ¡Ella me quería!
– Ella querido, se suicidó para no tener que volver a ver tu sucia cara, eras un estorbo, exactamente igual que lo eres para mí, no quiero ni verte al llegar. Ahora mismo, me suicidaría como hizo ella para no tener que aguantarte nunca más – mi odio aumentó por momentos y no fui capaz de controlarme, jamás pude imaginar el albergar tanto rencor en mis entrañas y sabía muy bien que aquello no iba a acabar bien -.
Empezó a gritar y a llorar al mismo tiempo, fue un momento incómodo, el cual, aproveché para soltarme. Mis pulsaciones aumentaban debido al estado en el que me encontraba y ni siquiera sabía en qué estado estaba él, así que, cogí sus llaves rápidamente, subí las escaleras y le encerré en el sótano. Esa era mi oportunidad de salir corriendo, recordando lo que mi madre me dijo acerca de él la primera vez que le conoció: “tiene una mirada vacía, deberías replantearte tu relación con él”. Con su cabello castaño, sus andares despreocupados y su sonrisa podía engañar a cualquiera, y yo caí entre sus redes.
Tras una larga ducha en casa de mi hermana Tania, pude mirarme al espejo y encontrarme a salvo, no sabía cuál fue la última vez que conseguí ver mi reflejo, tampoco la última vez que llegué a amarme o a considerarme mínimamente un ser humano, ni siquiera cuándo me reconocí a mí misma como un ser libre.
Mom:
I came home tired after a day of hard work, it also didn’t help the fact that I hadn’t slept well for a while and a cluster of unanswered questions crowding my mind. I hoped I wouldn’t find him at home, I was praying that the light in the room was off and none of my fears appeared inside me but I couldn’t be more wrong, it seemed that he always waited for my arrival.
I left my briefcase on the floor and headed silently to the living room where he lay motionless, staring at me, it seemed that nothing was to his liking whatever the situation.
-I’ve been waiting for you for two hours – he said, in a tense voice, denoting annoyance but showing a half-squat smile, preventing me from climbing the stairs and vanishing-.
-I’m sorry, I’ve had a lot of work in the office – I crossed both hands in front of me and lowered my head, a sign that I obeyed him, I needed that he believes it, at least, for tonight-.
-You haven’t called — while he said it, he started to get up slowly to come face to face with me in the distance-.
– No, I didn’t. I didn’t have time, I’m sorry – I swallowed saliva as soon as I saw through the corner of my eye that he was approaching to my position slowly and stealthily to provoke in me a feeling of fear, the same as every night-.
-You’ve skipped the rules, Lisa – he came in front of me and smiled from ear to ear like he was happy after an amazing birthday party, with both eyes exorbitant, showing his absolute madness – You know what happens when you skip the rules, right, honey?
I nodded, unable to articulate a word. He grabbed my arm before he started struggling trying to avoid him and dragged me to the basement, the most feared place in the house, where I could only come down if he accompanied me. George was a very strong and big man, he threw me to the ground with carefreeness and made me back helping me by the hands, with fear in my eyes, when he smiled was not very good sign.
– Please, I said I’m sorry! – I screamed, totally scared, I knew what would happen next and just imagine it, I’d rather die than stay in that basement – Don’t do this to me, please.
– I’ve always told you that I want you to be here at ten o’clock and today you came at twelve, why, huh?! Because the girl had a lot of work… – his face was starting to turn red, it seemed to be about to explode and I didn’t know what to do – You know what’s wrong with me? That I’m hungry… And I’m just waiting for my wife to make my dinner and sleep with a full belly, is that so hard to understand?
– You know that… I’ve been very stressful at the office lately and I can’t leave everything for… – I guess that wasn’t the phrase he wanted to hear because he slaped me in the face with anger-.
-So you wouldn’t leave everything for me… – he lifted me off the ground with one hand, my body was detaching on both sides without too much worry, so what else could I lose by talking? -.
– The truth is… absolutely not- I answered with blunt and certainly determination in my voice that made his hand squeeze my arm much more, I was sure I would have a very ugly bruise tomorrow – I wouldn’t give for you a dollar, you don’t deserve anything, you’re a psychopath with grandiose delusions locked in Mom’s prison. You still have a lot of pictures of her as if she’s still living here, you’re acting like I’m her!
– She loved me!
– She dear… she killed herself to didn’t have to see your dirty face again, you were a nudse, exactly as you are to me, I do not even want to see you when you arrive. Right now, I would kill myself as she did so I would never have to put up with you again – my hatred increased for moments and I was unable to control myself, I could never imagine harboring so much grudge in my guts and I knew very well that was not going to end well-.
He started screaming and crying at the same time, it was an awkward moment, which I took advantage of run away from there. My heartbeats were increasing because of the state I was in and I didn’t even know what state he was in, so I took his keys quickly, went up the stairs and locked him in the basement. That was my chance to run away, remembering what my mother told me about him the first time she met him: «He has an empty look, you should rethink your relationship with him». With his brown hair, his carefree walks and his smile could fool anyone and I fell into his spell.
After a long shower at my sister Tania’s house, I was able to look myself in the mirror and feel safe, I didn’t know what was the last time I got to see my reflection, nor the last time I came to love or consider myself minimally a human being, not even when I recognized myself as a free being.
Huellas del Tiempo 