Publicado en Personajes

Moira: La que Cierra los Ojos y Ve

Relato procedente: «Cerrar los Ojos«. Edad: 36 años.

Ciudad: Maine. Profesión: Recepcionista.

Descripción física:

Cabello rubio hasta más abajo de los hombros, liso, sedoso pero no muy bien cuidado, nunca tenía tiempo de ir a la peluquería por los niños. Mis ojos eran de un tono miel que cambiaban a castaños cuando me daba la luz, a todo el mundo le gustaba eso. Mis labios finos solían ir acompañados de un pintalabios de un tono marrón clarito o rosa apenas perceptible a la vista, no me gustaba mucho el maquillaje y menos cuando tenía tanto que hacer, así que, me conformaba con poco. Mi tez era un tanto oscura pero no lo suficiente para mí, aunque tomaba el sol, no conseguía ponerme morena, era mi cruz. Solía vestir bastante cómoda, normalmente, con vaqueros o chándal, tal como me decían mis amigos y mi familia, yo era un terremoto difícil de parar, así que, no podrían frenarme y menos unos pantalones. Aunque, me encantaba vestir bien, como cuando tenía veinte o veinticinco años, con las camisetas de botones bien planchadas y los pantalones de vestir impecables, ahora me importa poco que el chándal o los vaqueros estén manchados porque cuando vuelva a casa, volverá a ocurrir, tengo hijos, ¿qué quiere usted que haga?

Descripción de la personalidad:

Siempre me han dicho que soy alguien bastante dulce pero que no soy fácil de hacer daño, que mi cabeza está tan focalizada en metas diarias que no tengo demasiado tiempo como para ofenderme de las críticas ajenas, de hecho, ni siquiera me doy cuenta o las recuerdo después de escucharlas, me dicen que es un súper poder que muy poquitos tienen. Soy bastante trabajadora y me gusta lo que hago aunque esté en una oficina todo el día cumpliendo los caprichos de un dentista niñato rico y malcriado, de algo hay que comer, ¿no? Diría que no me gusta mucho hacer ejercicio pero que no puedo terminar como una ballena en medio del mar, así que, hago un gran esfuerzo por ir al gimnasio tres veces a la semana en horario nocturno, cuando mis hijos duermen y no necesitan de mí. Estoy muy activa durante todo el día, no paro, me muevo arriba y abajo sin frenos, casi por inercia para terminar con la lista de quehaceres antes de las diez de la noche, al menos una hora antes, y todos los días son iguales, incluidos los domingos. Soy una trabajadora a tiempo completo en casa y en el trabajo, no lo puedo evitar.

Una infancia de adultez:

Muchos niños podían decir que sus padres eran unos pesados que siempre iban detrás de ellos para que estudiasen y se alimentasen bien, que fueran al colegio y no se saltaran ninguna clase, que estuvieran atentos con sus exámenes y decidiesen bien qué hacer con sus vidas, que supiesen cuál era su pasión para explotarla al máximo pero yo era hija de una azafata destinada a hacer vuelos diarios con un solo día libre y de un alcohólico empedernido al que habían echado del trabajo centenares de veces y que se pasaba el día tirado en casa sin atender mis necesidades. Aprendí muy rápido a ser la ama de casa, principalmente, porque no había nadie en ella, aprendí a aplicarme en mis estudios y a ser responsable, a trabajar duro para conseguir mis notas sin nadie que me dijera nada. Entraba y salía de casa si necesitaba algo sin pedir permiso, era como una adulta independiente y a muchos niños les encantaba eso pero no me habría importado que me hubiesen dejado disfrutar un poco de algunos momentos de infancia.

Los jueves era el día en que mi madre no trabajaba. Y ese era el día en el que yo debía levantarme mucho más temprano para cuidarla porque lo pasaba tirada en la cama incapaz de moverse y con dolores en los pies de estar tanto tiempo de pie, viajaba mucho y le daban dolores de cabeza por los cambios bruscos de horario y las horas de espera. Hacía tantas extras porque papá no conseguía volver a trabajar, ya era un caso perdido, ni siquiera se arreglaba la barba y se vestía como si fuese un sintecho, se le olvidaba poner su ropa a lavar y solo tenía en la cabeza salir a comprar cerveza o quedarse en el bar toda una tarde, al bar donde yo debía ir para traerle a casa y no se perdiese. Era la adulta de la casa aunque no quisiera admitirlo, y ellos eran un par de críos que no entendían de límites y que sobrevivían a la vida como podían, mi madre excediéndose con el trabajo y mi padre bebiendo, ni siquiera sería capaz de decir si se daba cuenta de que estábamos en casa y vivíamos juntos. Era triste, pero era mi presente y no tenía ninguna otra opción más que la de aguantar la situación como pudiese.

Pasiones rotas:

Como cualquier otro estudiante de secundaria, yo también tenía pasiones y sueños por cumplir, quería ser antropóloga, me fascinaba todo ese mundo, estaba ansiosa por entrar en la Universidad y descubrir todo lo que podría aprender. No fue nada fácil. Para entrar pedían notas de selectividad excesivamente altas y a las que ni siquiera los mejores estudiantes podían aspirar, pero lo intenté. Estuve noches seguidas sin dormir, apenas comía y no tenía nada más en la cabeza que no fuese perfeccionar la nota final para llegar a lo que las Universidades pedían para estudiar antropología. Como muchos otros, me quedé en el camino, ni siquiera rocé la nota, ni siquiera hubo una pequeña posibilidad de que todo aquel esfuerzo hubiera valido la pena. Para colmo, me habían despedido de mi antiguo trabajo de dependienta en una tienda de comida para llevar, así que, debía buscar otro trabajo basura con el que mantenerme, quería independizarme por encima de todo y más si no podía ir a la Universidad.

Apesadumbrada, me senté en la silla del salón con los auriculares a todo volumen, no quería que nadie me molestase, concentrada, frente a las páginas de empleo del periódico de la ciudad, con un bolígrafo en la mano rodeando aquellos que captaban mi atención. Todos eran penosos, con un salario mínimo de lo más injusto y esclavista, pero hubo uno que iluminó mi cara: Recepcionista en la consulta de un dentista. El sueldo era bastante bueno y no pedían experiencia, el dueño te enseñaba cómo le gustaban las cosas. Me vestí y fui corriendo a la consulta de ese dentista. Me costó tres viajes en autobús y media hora andando, pero valió la pena. Él era muy guapo, tenía pinta de rico, su consulta era lujosa, amplia, bien iluminada y su presencia imponente. Pensé que no iba a darme el trabajo, pero después de no escucharme con demasiada atención y mirarme de arriba a abajo varias veces, dijo: «¿por qué no? Empiezas mañana a las 08:00am. Me gusta la gente puntual, si fallas, estás en la calle, ¿entendido?». No dudé en aceptar sus exigencias y empezar a trabajar de inmediato.

Matrimonio impulsivo:

Tenía unos veintiún años, las cosas estaban yendo genial en el trabajo, me había independizado desde hacía ya dos años y estaba feliz por fin, después de haber dejado a mi familia. Me comprometí durante mucho tiempo a mí misma, tenía un piso precioso cerca del trabajo y todo lo que necesitaba, me alimentaba bien y hasta tenía tiempo para ir al gimnasio, cada día podía ponerme un conjunto diferente porque económicamente podía permitírmelo y eso de ponerme tacones me estaba llamando la atención, me encantaba sonar mientras andaba. Así que, como chica inocente y con mucha suerte, decidí darle una oportunidad al amor con el primer chico que se interesó en mí, parecía buena gente, muy atento y cariñoso, pero también impulsivo y muy cabezota. Nos casamos a los seis meses de conocernos, no podíamos despegarnos el uno del otro y, mucho menos, levantarnos de la cama. La luna de miel fue perfecta, tanto que vino con regalo incluido. El regalo se llamó Gabriela, 9 meses después de volver de Las Maldivas. El embarazo fue tedioso, pesado y con dolores incesantes de espalda y riñones, piernas hinchadas y gases, parecía un torpedo.

Antes de todo esto, estuve preguntándome si todo había ido demasiado deprisa, él no era una persona que solía comprometerse, más bien, era alguien al que le gustaba la libertad y vivir sin ataduras, pero durante el embarazo y el parto se portó tan bien que me dije que aquello que estaba pensando era una tontería, que la niña podía hacerle ver las cosas diferentes. Daniel llegó 2 años después, junto a los ardores, los dolores de espalda y las náuseas constantes, él fue otro accidente tras un calentón en nuestra cena de San Valentín después de unas copas de vino. Durante este embarazo, Eddie estaba algo más ausente, venía muy tarde a casa del trabajo y no me decía a dónde iba tras largos paseos, pensé que estaba abrumado, que no esperaba un segundo hijo y que ahora veía en la responsabilidad en la que se había metido sin siquiera quererlo. Así que, le di espacio. Demasiado espacio. Me ocupaba de los niños, del trabajo, la limpieza en casa y las compras del supermercado, empecé a acelerarme porque Eddie parecía que no viviese con nosotros. En efecto, no lo hacía.

Decidí seguirle para saber a dónde iba. Se estaba viendo con dos mujeres más, una de ellas, también estaba embarazada y, cuando no se dedicaba a eso, se iba de bares con gente que yo ni conocía tras 6 años juntos y compartiendo la vida con dos niños todavía en desarrollo. Me di cuenta de que aquella pregunta que me hice antes de casarme con él había sido acertada y debí pensarla antes de saltar al vacío de aquella forma tan impulsiva. Mi racha de suerte ya había concluido, tanto que, en cuanto volvió a casa borracho una noche, le dejé preparadas sus maletas y le obligué a irse y a firmar los papeles del divorcio, peleé por la custodia total de los niños y gané, no volviéndole a ver nunca más. Fue duro tener que convertirme en madre soltera, tenía un trabajo a tiempo completo y era madre también a tiempo completo, pero me levantaba a las cinco de la mañana y hacía que cada momento de organización fuera un milagro futuro en el que pudiera ahorrar tiempo.

El accidente:

Gabriela con 16 años era un terremoto de moda, peinados fantásticos y caprichos de última hora en los que yo era incapaz de invertir porque no me daba la vida para tanto, si quería una moto iba a tener que trabajar, sacarse el carnet y comprarla, no podía más. Discutíamos muchas veces pero, al final, nos entendíamos, sus hormonas iban locas correteando por su cuerpo y bueno, yo siempre andaba estresada, tanto que saltaba a la mínima. Daniel tenía 14 pero era más tranquilo, casi ausente, se metía entre sus libros y no hablaba demasiado, le gustaba el rock, los vaqueros rotos, las cadenas, las camisetas básicas y las de leñador y las converse, pero él ganaba un poco de dinero en el taller de mecánica de su tío arreglando coches y ensuciándose hasta el último pelo de su cabeza, así que, yo no le exigía tanto como a Gabriela.

Solo recuerdo haber cerrado los ojos y haber visto un accidente ocurrir en mi mente, una llamada de Gabriela donde recordaba que necesitaba algo para clase urgentemente y debía llevárselo justo hoy, no podía esperar más. Daniel le gritaba algo y cerraba la puerta de un portazo, tenía un drama familiar que pasaba a través del auricular del teléfono y fue el que hizo que chocara contra el otro coche. Caí por un acantilado, al menos, eso fue lo que me dijeron y perdí la memoria. El otro conductor estaba intacto, yo medio adolorida y el coche, bueno… Iba a necesitar comprarme uno nuevo con el dinero que alguien pudiera dejarme porque no era el momento perfecto para gastar mucho más, y ni siquiera había terminado de pagar el que tenía. La suerte no era lo mío. Tuve que coger la baja durante unos meses pero mi jefe me pagó ese tiempo como si siguiera trabajando, sabía lo que ocurría en mi familia y, aunque era un niñato malcriado y pedante, a veces, mostraba cierta gratitud y compasión, algo que yo también agradecía. Lo que esperaba cada día al despertar era que mis hijos no me volvieran loca.

Un futuro de recuperación:

Ha sido un aviso del destino, un momento de flaqueza en el que alguien me ha dicho directamente que frene, que deje de ir corriendo y que me preocupe por mí. Tengo mucha reflexión por delante durante este periodo de recuperación hasta que pueda volver al trabajo y a tener mi vida normal. Dudo que las cosas vayan a ser como antes, lucharé para que no lo sean, para que mis hijos sean más responsables y se ocupen de lo suyo, soy una súper mamá, pero me conformaría con ser solo una madre atenta y cariñosa, me alegraría de que no siempre fuese yo la que corre y la que hace esfuerzos, todos tenemos que aprender a responsabilizarnos y quizá no les he enseñado esto todavía, se han acostumbrado a que yo lo haga.

Las recuperaciones son lentas, aunque no haya un daño físico grave, el psicológico también juega un papel importante y el susto que te da, te deja fuera de juego, al menos, durante varias semanas, te hace replantearte la vida y la suerte de seguir respirando. También traen descanso y tiempo de hacer lo que te gusta, de desarrollar un poco más tus pasiones, de desconectar y relajarte. Ahí estoy yo, en busca de nuevas pasiones para no dejarme arrastrar más por las prisas.


Recuerda que puedes apoyar el blog a través de Patreon, escribo relatos cortos más elaborados y personales:

http://www.patreon.com/trackontime


Publicado en Recomendaciones

Opinión sobre Curso de Escritura Creativa:

Ya hablé sobre «Mi experiencia en los cursos online» de Escuela de Escritores de Madrid y, he de decir que, al principio, no hubo tantas cosas buenas como esperaba. Si leísteis el post o si lo estáis leyendo ahora antes de seguir con este, recordaréis o veréis en él que estuve hablando sobre «He Escrito Una Novela, ¿y ahora qué?» donde te explican qué hacer tras escribir tu primer libro y cómo gestionarlo para que salga a la venta y «Psicología del Personaje» donde te enseñan a cómo construir a los personajes, cómo expresar sus emociones y sus reacciones en depende de qué situaciones. Durante estos nueve meses, elegí el pack de «Escritura Creativa» donde se separaban los cursos en «Escritura Desatada», «Desbloquea tu Escritura» y «Escribimos sin Parar», los cuales, he disfrutado mucho y los he podido valorar de una forma más positiva.

En «Escritura Desatada» te explicaban desde un principio a cómo formar un relato, un personaje y cómo empezar y terminar una historia con fundamento. En «Desbloquea tu Escritura» te decían qué hacer ante un bloqueo literario, cómo empezar a escribir de la nada y desarrollar los personajes desde lo que puedes ver a tu alrededor. Y en «Escribimos sin Parar» se profundizó un poco más en la narración, desde utilizar la primera persona a la tercera, qué es un narrador equisciente, cómo escribir un guión, cómo formar un buen ritmo en la narración y tener claro desde dónde se cuenta la historia. Con toda esta información, he podido darme cuenta y saber que esos personajes reflexivos e inmóviles que muchos creemos atractivos para el lector, no son nada útiles en una narración o que escribir un guión es mucho más fácil de lo que parece, también a cómo utilizar los diferentes narradores dependiendo de lo que me interese hablar y cómo expresar algo sin que un personaje tenga que decirlo, sino por sus propios movimientos. Ha sido una buena experiencia 🙂

La diferencia entre la decepción que sentí con los primeros cursos y lo satisfecha en este último pack, ha sido el feedback que necesitaba de los profesores, en este caso, sí estaba ahí, de hecho, podía leer los relatos de otros alumnos y sus correcciones, además de las mías que, para mí, era lo más importante, saber lo que hacía bien y lo que no. He podido darme cuenta de mis pequeños fallos en cuanto a expresión o en formar una frase, cómo no he de ser tan repetitiva con algo y cómo expresar una acción con un movimiento del personaje que elija, ahora sé que no debo cambiar la perspectiva del lector con algo reflexivo que yo añada en la narración y que tampoco debo utilizar siempre la primera persona, no depende de mí sino de lo que quiera contar y de la perspectiva del personaje. Creo que estos tres últimos cursos han sido más enriquecedores que los anteriores pero de largo, me han gustado mucho los temas y he aprendido lo que necesitaba aprender para seguir escribir mejor.

Esto no es ningún tipo de promoción ni publicidad ni nada, tan solo quería compartir mi experiencia y ayudar a quiénes también estén en estas fases de aprendizaje pero no sepan adónde dirigirse. Aunque la escritura pueda ser innata en algunas personas, también hay que pulir la técnica y aprender lo que se pueda 😉


Recuerda que puedes apoyar el blog a través de Patreon, escribo relatos cortos más elaborados y personales:

www.patreon.com/trackontime


My Opinion About Creative Writing Course:

I already talked about «My experience in writing courses online» the School of Writers from Madrid and I have to say that, at first, there were not as many good things as I expected. If you read the post or if you are reading it now before continuing with this one, you will remember or see in it that I was talking about «I have written a novel, and now what?» where they explain what to do after writing your first book and how to manage it so that it goes on sale and «Character Psychology» where they teach you how to build the characters, how to express their emotions and their reactions in depends on what situations. During these nine months, I chose the pack of «Creative Writing» where the courses in «Untied Writing», «Unlock your Writing» and «We write without Stopping» were separated, which, I have enjoyed very much and I have been able to value them in a more positive way.

In «Untied Writing» they explained from the beginning how to form a story, a character and how to start and end a story with foundation. In «Unlock Your Writing» they told you what to do in the face of a literary block, how to start writing out of nowhere and develop the characters from what you can see around you. And in «We Write Without Stopping» we delved a little deeper into the narrative, from using the first person to the third, what an equiscient narrator is, how to write a script, how to form a good rhythm in the narrative and be clear about where the story is told from. With all this information, I have been able to realize and know that those thoughtful and immobile characters that many of us think attractive to the reader, are not at all useful in a narrative or that writing a script is much easier than it seems, also how to use the different narrators depending on what I am interested in talking about and how to express something without a character having to say it, but by their own movements. It’s been a good experience 🙂

The difference between the disappointment I felt with the first courses and what was satisfied in this last pack, has been the feedback I needed from the teachers, in this case, yes it was there, in fact, I could read the stories of other students and their corrections, in addition to mine which, for me, was the most important thing, know what was done well and what was not. I’ve been able to realize my little flaws in terms of expression or forming a sentence, how I don’t have to be so repetitive with something, and how to express an action with a movement of the character I choose. now I know that I should not change the reader’s perspective with something reflective that I add to the narrative and that nor should I always use the first person, it does not depend on me but on what I want to tell and the perspective of the character. I think these last three courses have been more enriching than the previous ones but long, I liked the topics a lot and I learned what I needed to learn to continue writing better.

This isn’t any kind of promotion or advertising or anything, I just wanted to share my experience and help those who are also in these learning phases but don’t know where to go. Although writing may be innate in some people, you also have to polish the technique and learn what you can 😉


Remember you can support the blog through Patreon, I write short stories more elaborated and personal:

www.patreon.com/trackontime


Publicado en Recomendaciones

Comentando «New Girl»:

New Girl fue una serie de televisión estadounidense que se estrenó en Fox el 20 de septiembre de 2011. Desarrollado por Elizabeth Meriwether bajo el título de Chicks & Dicks, la serie gira en torno a una profesora fuera de lo común, Jess luego de mudarse a un apartamento en Los Ángeles con tres hombres, Nick, Schmidt y Winston; la mejor amiga de Jess, Cece y el compañero regular del apartamento, entrenador también forman parte de la serie. Esta combina elementos de comedia y drama como los personajes, todos en una edad de treinta y tanto, quienes se ocupan de sus relaciones personales y laborales.

La decisión de ver esta serie, surgió al terminar «Friends» por doceava vez, quería algo con lo que reírme, entretenerme y con lo que se me pasaran las horas rápido, pero sobre todo, quería que tuviera cierto parecido con «Friends» porque siempre me quedo con ganas de más cuando la termino. Encontré esta por Netflix y cuando vi el tráiler pensé que sería rarísima, de hecho, el personaje de Jess es bastante alocado, natural y particular, tanto que llegó a sorprenderme. A partir del primer capítulo y el segundo empiezas a ver la dinámica del grupo y cómo Jess se va introduciendo cada vez más en la vida en el apartamento tras una ruptura tan dramática con su ex novio, la cual, me gustó mucho y me reí bastante por la forma tan niña que tuvo de actuar.

Esta serie muestra un poco la vida de varios amigos viviendo juntos, teniendo todo tipo de problemas laborales, sociales, de amores y hasta entre ellos por estupideces que, poco después, van olvidando. Hay varias situaciones dentro del grupo de amigos que realmente esperas, como quién va a acabar con quién y cómo van a ir surgiendo las cosas y creo que puede ir viéndose a partir de la mitad de la primera temporada y el principio de la siguiente, es bastante obvio. Surgen circunstancias que, cuando compartes piso, pueden surgir sin ninguna duda y que puede que nos hayan pasado a nosotros, incluso, en pareja o cuando estás empezando a verte con alguien o también cuando sois ex.

Muestra mucho el esfuerzo por hacer posible un sueño, por llegar a lo más alto en un trabajo, por perseguir aquello en lo que crees y luchas por hacer lo que de verdad te gusta. Podemos ver lo fuerte que puede ser la amistad en malas circunstancias y cómo hacer que la sinceridad juegue a tu favor cuando tratas de liarte con alguien que de verdad te gusta, ¿quién no lo habrá pensado o pasado en algún momento? Tiene situaciones muy graciosas, otras pueden ser algo más dramáticas y algunas tienen unos tonos mixtos, pero en general, te entretienes mucho y te ríes, los capítulos son cortos y te muestran tramas bastante sencillas de entender. Creo que muchos capítulos finales están hechos con bastante más suspense para darle un nuevo toque al empezar el siguiente, a veces, cierran alguna historia o empiezan otra para que tengas esas ganas de verla antes incluso de anunciarla.

Me han gustado mucho todos los personajes pero, mis favoritos sin ninguna duda han sido: Nick, Jess y Schmidt. Los diálogos son geniales, creo que concuerdan con su personalidad y le han dado toques bastante particulares a cada uno de ellos para que pudiéramos captar su esencia. Conforme van pasando las temporadas, vamos viendo cómo los personajes van madurando y sabiendo qué quieren en la vida y con quién quieren estar, vamos viendo su evolución hasta la temporada siete, donde incluso, llegamos a saber cuál es el final de cada uno de ellos y cómo han empezado a vivir la vida de verdad y lo feliz que les ha hecho estar rodeados de niños cuando en la primera temporada ni nos lo hubiéramos planteado, ¿verdad?

La recomiendo indudablemente, si quieres pasar un rato agradable, 100%. Os dejo por aquí el tráiler de la primera temporada y ya decidís si verla o no, pero pensad que es bastante corto y no os muestra gran cosa pero os podéis imaginar un poco la personalidad de Jess.

Recuerda que puedes apoyar mi blog a través de Patreon, escribo relatos más elaborados y personales:

www.patreon.com/trackontime


Commenting «New Girl» TV show:

New Girl was an American television series that premiered on Fox on September 20, 2011. Developed by Elizabeth Meriwether under the title Chicks & Dicks, the series revolves around an unusual teacher, Jess after moving into an apartment in Los Angeles with three men Nick, Schmidt and Winston; Jess’ best friend Cece and the regular roommate, coach are also part of the series. It combines elements of comedy and drama such as the characters, all in their thirties, who deal with their personal and work relationships.

The decision to watch this series, came at the end of «Friends» for the twelfth time, I wanted something to laugh with, entertain myself and what I could spent the hours faster, but above all, I wanted it to have a certain resemblance to «Friends» because I always want more when I finish it. I found this one on Netflix and when I saw the trailer I thought it would be very rare, in fact, the character of Jess is quite crazy, natural and particular, so much so that it came to surprise me. From the first chapter and the second you begin to see the dynamics of the group and how Jess is getting more and more into life in the apartment after such a dramatic breakup with her ex-boyfriend, which, I liked very much and I laughed a lot about the girlly way she acted.

This series shows a little the life of several friends living together, having all kinds of work problems, social, love and even between them by stupidities that, soon after, they forget. There are several situations within the group of friends that you really expect, like who’s going to end with whom and how things are going to come up and I think you can see it can be looked at from the middle of the first season and the beginning of the next, it’s pretty obvious. Circumstances arise that, when you share a flat, can arise too without any doubt and that may have happened to us, even, as a couple or when you are starting to see someone or also when you are an ex.

It shows a lot of effort to make a dream possible, to reach the top in a job, to pursue what you believe in and you struggle to do what you really like. We can see how strong friendship can be in bad circumstances and how to make sincerity play in your favor when you try to mess with someone you really like. Who hasn’t thought about it or passed it at some point? It has very funny situations, others can be somewhat more dramatic and some have mixed tones, but in general, you entertain yourself a lot and you laugh, the chapters are short and show you plots quite simple to understand. I think many final chapters are made with much more suspense to give it a new touch at the beginning of the next one, sometimes, they close some story or start another so that you have that desire to see it before even announcing it.

I really liked all the characters but, my favorites without any doubt have been: Nick, Jess and Schmidt. The dialogues are great, I think they match with their personalities and have given quite particular touches to each of them so that we could capture their essence. As the seasons go by, we see how the characters are maturing and knowing what they want in life and who they want to be with, we are seeing their evolution until season seven, where even, we get to know what the end of each of them is and how they have begun to live life for real and how happy it has made them to be surrounded by children when in the first season we do not even think about it, right?

I recommend it undoubtedly, if you want to have a nice time, 100%. I’ve left in the spanish version the trailer of the first season and you decide whether to see it or not, but think that it is quite short and does not show you much but you can imagine a little the Jess’s personality.


Remember you can support the blog through Patreon, I write short stories more elaborated and personal:

www.patreon.com/trackontime


Publicado en Reflexiones

La Perfección:

Los seres humanos, solemos sentir esa necesidad de progreso, de ser de utilidad, de formar parte del mundo y poder llegar al objetivo deseado, ya sea, un sueño a corto o largo plazo. Muchos, seguimos por ese camino del desear ser mejores cada día y mostrar nuestro esfuerzo con todo aquello que hacemos, pero también queremos llegar a una perfección inexistente. Supongo que, todos hemos sido maniáticos alguna vez, hemos querido las cosas de cierta manera o nos hemos sentido más decantados por expresarnos con depende qué perspectiva, quizá diciendo las palabras correctas, tendiendo siempre a esperar lo mejor de nosotros.

Todo eso es genial, siempre hay que ver más allá de las cosas y tratar de hacerlo lo mejor posible, nuestro problema es querer y buscar la perfección de forma constante. Tiende a ser una forma exagerada de llevar la vida, muy estresante y, quizá demasiado ordenada, siempre esperando ver un error en cada esquina, juzgándonos y tratándonos de inútiles cuando ya hemos hecho todo lo que podíamos y nos hemos esforzado por llegar hasta ese objetivo. Creo que, tras tanta perfección, hay una necesidad de aprobación, una inseguridad manifiesta que nos dice que no estamos del todo convencidos de que nosotros pudiéramos hacer eso o conseguirlo, es como una respuesta automática negativa al pensamiento de lo que queremos conseguir. Solemos ver el «sí» muy alejado, estamos faltos de perspectiva u optimismo, quizá, y nos adentramos en un mundo de negatividad que puede que nos lleve a esforzarnos más por ser perfectos. Suena ambiguo y falto de sentido pero de forma inconsciente, algunos lo expresemos así.

También creo que la exigencia hacia uno mismo es buena, pero no debe rebasar ciertos límites ligados a la obsesión o al caer rendido cuando algo no sale como se había planeado. A veces, ponemos demasiada fuerza o energía mental en lo que estamos haciendo y vemos que el resultado no es perfecto, caemos derrotados porque el esfuerzo no ha valido la pena cuando, en realidad, se puede ver que ha salido bien, no perfecto, pero sí bien. Nos falta acallar a nuestra mente cuando nos dice: «sí, está bien. Se ve bien pero, no es perfecto. Querías que saliera perfecto, qué decepción más grande», es más fácil dejar a esa voz hablar que no acallarla, es curioso cómo dejamos que nos domine. En cierto modo, nada es perfecto y nada saldrá siempre como a nosotros nos gusta, quizá sea parecido o tengamos un resultado «bastante bueno» o muy aproximado a lo que esperábamos, pero nos valoraríamos más si nos alegráramos igual por obtener un «bastante bueno» que un «perfecto».

En mi humilde opinión, diría que esto puede llegar a empezar en la época de la escuela, donde podemos experimentar la competitividad entre estudiantes y el hecho de que se aplauda más al que saca un 9 que al que saca un 5 o un 6 cuando ambos están aprobados. El estudiante de 6, siempre pensará: «sí, estoy aprobado pero no ha sido suficiente», comparándose constantemente con los que saquen mejor nota, esto llevará a que estudie y se agote tres veces más para conseguir la perfección que no ha conseguido con el último examen. Cuando somos pequeños, lo absorbemos todo como una esponja y creo que las formas de educar tampoco son las más correctas, desde el punto de vista de un padre y una madre que reciben las notas de su hijo y ven que no ha llegado al notable en ninguna de las asignaturas pero que las ha pasado todas, le regañan en vez de valorar su esfuerzo y le comparan con sus compañeros por haber sacado más nota que él en los finales cuando tenían la misma oportunidad. Ese niño se siente como un fracasado y como si hubiera suspendido el curso, siendo que va a pasarlo sin repetir ninguna asignatura en verano. La forma en la que decimos las cosas importa y hay que saber el impacto que produce en otro para saber cómo decirlas, no hacerlo sin más y criar a los niños como si fueran a ser genios, se ejerce demasiada presión sobre ellos.

Ni siquiera el Universo es perfecto, tampoco esperemos serlo. Nos exigimos mucho, incluso, en nuestra forma física para tener un cuerpo de 10, alimentarnos de forma 100% sana y aplicarnos las cremas que rejuvenezcan más para que no se note ninguna imperfección en la piel cuando todo esto no es tan necesario. Una persona puede ejercitarse diariamente descansando uno o dos días a la semana y hacer el esfuerzo que pueda hacer y dependiendo de la energía que tenga ese día, no existe un cuerpo de 10 porque siempre habrá cosas que no funcionen bien. No podemos alimentarnos de forma 100% sana todo el tiempo porque siempre surgen imprevistos y, a veces, tienes que comer fuera o tienes que comprar comida preparada para llegar al trabajo a tiempo. Ninguna crema está lo suficientemente probada y perfeccionada como dejarte el cutis sin una sola arruga a partir de los 40, sé que hay muchas esperanzas de muchas mujeres de esas edades, pero no, no existen. Tampoco es probable tener un vientre 100% plano, también tenemos un porcentaje de grasa en nuestro cuerpo, sería difícil no encontrar un michelín. Y no podemos esperar que todos los días nuestro cuerpo funcione de la misma manera (y soy persona que siempre lo he pensado, que mi cuerpo siempre debe tener energía y estar muy bien cada día), hay que saber que pasamos por ciertos procesos y nos afectan ciertas cosas y que nuestro cuerpo no responderá igual un día que otro.

La perfección solo existe en nuestra mente, no en nuestra realidad. Aceptemos el «bastante bien» 🙂


Recuerda que puedes apoyar el blog a través de Patreon, escribo historias más elaboradas y personales:

www.patreon.com/trackontime


The Perfection:

Human beings usually feel that need for progress, to be useful, to be part of the world and to be able to reach the desired goal, whether it is a short or long-term dream. Many of us continue along that path of wanting to be better every day and show our effort with everything we do, but we also want to reach a non-existent perfection. I guess, we’ve all been maniatic at some point, we’ve wanted things a certain way, or we’ve felt more chosen to express ourselves with what perspective, perhaps saying the right words, always tending to hope for the best from us.

All that is great, we always have to see beyond things and try to do the best we can, our problem is to want and seek perfection constantly. It tends to be an exaggerated way of leading life, very stressful and, perhaps too tidy, always waiting to see a mistake in every corner, judgeing us and treating us as useless when we have already done everything we could and have strived to reach that goal. I believe that, after so much perfection, there is a need for approval, a manifest insecurity that tells us that we are not entirely convinced that we could do that or achieve it, it is like an automatic negative response to the thought of what we want to achieve. We tend to see the «yes» far away, we are lacking in perspective or optimism, perhaps, and we enter a world of negativity that may lead us to try harder to be perfect. It sounds ambiguous and meaningless but unconsciously, some of us put it that way in our real basis.

I also think that the demand for oneself is good, but it should not exceed certain limits linked to obsession or falling surrendered when something does not go as planned. Sometimes, we put too much strength or mental energy into what we are doing and we see that the result is not perfect, we fall defeated because the effort has not been worth it when, in fact, you can see that it has gone well, not perfect, but well. We need to silence our minds when it says, «yes, okay. It looks good but, it’s not perfect. You wanted it to come out perfect, what a disappointment!» it’s easier to let that voice speak than not to silence it, it’s funny how we let it dominate us. In a way, nothing is perfect and nothing will always come out as we like, maybe it is similar or we have a result «quite good» or very close to what we expected, but we would value ourselves more if we rejoyed the same for getting a «good enough» than a «perfect».

In my humble opinion, I would say that this can start in the school days, where we can experience the competitiveness between students and the fact that the one who gets a 9 is applauded more than the one who gets a 5 or a 6 when both are passed. The student of the 6, will always thinks: «yes, I am passed but it has not been enough», constantly comparing himself with those who get better grades, this will lead to him studying and running out three times more to achieve the perfection that he has not achieved with the last exam. When we are little, we absorb everything like a sponge and I think that the ways of educating are not the most correct, from the point of view of a father and a mother who receive the grades of their child and see that he has not reached the remarkable 8 or 9 in any of the subjects but that he has passed them all. They scold him instead of valuing his effort and compare him to his classmates for having scored more than him in the finals when he had the same opportunity as them. That child feels like a failure and as if he has suspended the course, being that he will pass it without repeating any subject in the summer. The way we say things matters and you have to know the impact it has on another person to know how to say them, not just do it and raise children as if they were going to be geniuses, it puts too much pressure on them.

Not even the Universe is perfect, nor do we expect to be. We demand a lot, even, in our physical form to have a body of 10, feed ourselves in a 100% healthy way and apply the creams that rejuvene more so that no imperfection is noticed in the skin when all this is not so necessary. A person can exercise daily resting one or two days a week and make the effort they can make and depending on the energy they have that day, there is no body of 10 because there will always be things that do not work well. We can’t feed ourselves 100% healthy all the time because unforeseen events always arise and sometimes you have to eat out or you have to buy prepared food to get to work on time. No cream is tested and perfected enough to leave your complexion without a single wrinkle from the 40s, I know there are many hopes of many women of those ages, but no, they do not exist. It is also not likely to have a 100% flat belly, we also have a percentage of fat in our body, it would be hard not to find a michelin. And we can not expect that every day our body works in the same way (and I am a person who has always thought about it, that my body must always have energy and be very good every day), we must know that we go through certain processes and certain things affect us and that our body will not respond the same one day as another.

Perfection exists only in our mind, not in our reality. Let’s accept the «pretty good» 🙂


You can support the blog through Patreon, I write short stories more elaborated and personal:

www.patreon.com/trackontime


Publicado en Relatos

Cerrar los Ojos:

Los médicos dijeron que podría no recordar o que podría hacerlo poco a poco, no debía prestar atención a ello, solo dejarme fluir, pero yo no podía dejarlo al azar. No recuerdo nada de ese día, de qué comí nada más levantarme o por qué cogí el coche a cierta hora que todavía no logro concretar, tampoco sé a dónde me dirigía… Dijeron que volver a ese cruce no sería una buena idea, pero decidí ir igualmente. Sola. Caminé durante un par de horas, di vueltas y más vueltas buscando la forma de volver a aquel momento pero mi memoria no reaccionaba.

Mi respiración empezó a hacerse más pesada, empezaba a dolerme el pecho y mis manos temblaban, mirando de un lado a otro desorientada, como si hubiese olvidado ese mismo cruce, como si jamás lo hubiese pisado, cuando bien sabía que lo había hecho durante el periodo de tiempo que estuve trabajando en las afueras de la ciudad. Dejé el coche que mi hermano me dejó unos metros detrás de mí tratando de no perder los nervios del todo, sintiendo el aire chocar contra mi cara, cerrando los ojos para que no me entrara polvo que había en la carretera en ellos. Al hacerlo, un golpe de dos coches apareció ante mí y pude ver cómo uno de ellos se salía por el acantilado. El hombre del otro coche, salió algo malherido pero no parecía sobrio, noté que mi cabeza se había dado contra algo duro… Abrí los ojos.

Empecé a sudar cogiéndome el pecho, ¿había recordado algo? Me senté en el bordillo de la carretera, a mediodía no había nada de tráfico y en esa zona se podía pasear, no estaba expuesta, así que, quise aprovechar para relajarme. Quise parar un momento para preguntarme si la que cayó por ese acantilado fui yo, si ese golpe tan fuerte fue el que borró gran parte de mi memoria… Aggg, si pudiera volver por un momento. Volví a cerrar los ojos maldiciendo el no poder recordar pero, una nueva imagen me hizo verme a mí misma conduciendo a la vez que cambiaba de emisora de radio, no encontraba la frecuencia que me gustaba. Mi hija me llamó al teléfono dos veces, no quise cogerlo, maldije enfadada porque volvía a molestarme mientras conducía pero lo hice igualmente porque no dejaba de llamar. Empezó a decir varias cosas que necesitaba, agobiada, gritando… quizá de la escuela o puede que para el baño, ¿algo de maquillaje? No lo oía bien. Volví a sentir un golpe en el lado izquierdo del coche y el teléfono salió disparado por la ventana, al mismo tiempo que una punzada en la rodilla hizo que volviera a abrir los ojos.

Estaba distraída. ¿Me salté el cruce? Volví a cerrar los ojos pero ya no pude ver nada más. Oscuridad absoluta. Soledad abrumadora. Y el viento soplando con fuerza invitándome a volver a casa, estaba helando y yo, ni siquiera me había percatado.


Recuerda que puedes apoyar el blog a través de Patreon, escribo relatos más elaborados y personales:

www.patreon.com/trackontime


Closing my Eyes:

The doctors said I might not remember or I could do it little by little, I shouldn’t pay attention to it, just let me flow, but I couldn’t leave it to chance. I don’t remember anything about that day, what I ate as soon as I got up or why I took the car at a certain time that I still can’t realize, I don’t know where I was going… They said going back to that junction wouldn’t be a good idea, but I decided to go anyway. Alone. I walked for a couple of hours, went around and around looking for a way to go back to that moment but my memory didn’t react.

My breathing began to get heavier, my chest began to hurt and my hands trembled, looking back and forth disoriented, as if I had forgotten that same crossing, as if I had never stepped on it, when I knew I had so during the period of time I was working on the outskirts of the city. I left the car that my brother left me a few meters behind me trying not to lose my nerves at all, feeling the air crash into my face, closing my eyes so that I wouldn’t get dust that was on the road on them. In doing so, a blow from two cars appeared on my mind before me and I could see one of them coming off the cliff. The man in the other car, came out somewhat badly hurt but did not seem sober, I noticed that my head had been hit against something hard… I opened my eyes instantly.

I started sweating by grabbing my chest, had I remembered anything? I sat on the curb of the road, at noon there was no traffic and in that area you could walk, I was not exposed, so, I wanted to take the opportunity to relax. I wanted to stop for a moment to ask myself if it was me who fell off that cliff, if that hard blow was the one that erased much of my memory… Aggg, if I could come back for a moment. I closed my eyes again cursing not being able to remember but, a new image made me see myself driving while changing radio stations, I could not find the frequency I liked. My daughter called me on the phone twice, I didn’t want to pick it up, I was angry because she was calling again while I was driving but I picked up anyway because she didn’t stop calling. She started saying several things she needed, overwhelmed, screaming… maybe from school or maybe for the bathroom, some makeup? I didn’t hear it right. I felt a blow again on the left side of the car and the phone went out the window, at the same time that a twinge in the knee caused me to open my eyes again.

I was distracted. Did I skip the crossing? I closed my eyes again but I couldn’t see anything else. Absolute darkness. Overwhelming loneliness. And the wind blowing hard inviting me to come home, it was freezing and I hadn’t even noticed.


Remember you can support the blog through Patreon, I write short stories more elaborated and personal:

www.patreon.com/trackontime


Publicado en Personajes

Charles: El Padre Sorprendido

Relato procedente: «Una Pausa Sorprendente«. Edad: 48 años.

Ciudad: Nueva York. Profesión: Profesor Universitario.

Descripción física:

Mi cabello negro ahora se mezcla con las canas que ya abundan en mi cabeza. Mis ojos castaño oscuro suelen ser despreocupados, aunque algo caídos y cansados. Mis labios son finos, llevo una barba canosa y bastante poblada. Mi tez es blanca y me gusta vestirme elegante, de traje y corbata para ir a la Universidad y, otras veces, simplemente con unos vaqueros y una camisa lisa de cualquier color y que, igualmente, se vea formal. Para mí, no hay nada más importante que mostrar el gusto por vestir y la organización de colores.

Descripción de la personalidad:

Suelen describirme como alguien pulcro y atento a los detalles, bastante serio y eficaz con las palabras que elijo que salgan de mi boca, bastante exigente y educado, responsable y con un gusto nefasto para las mujeres, aunque las meto en mi cama igualmente. No me gustan las relaciones serias porque prefiero estar solo, los libros de mi biblioteca son mis únicos compañeros en la vida y así es como debe ser. Me gusta divertirme de vez en cuando, pero no considero un rollo de una noche nada serio, trato de que la chica se sienta lo más ignorada posible como para que no quiera que vuelva a llamarla, y eso en mí es bastante fácil. Tengo mis rutinas diarias y me encanta tenerlas, leo mucho y no me gusta pasar horas delante de la televisión, solo vomitan negatividad. Muchos me dicen que soy un solitario, incluso, que soy un ermitaño, pero lo cierto es que, me gusta estar conmigo mismo, pensar en mis cosas, reflexionar, estudiar sobre lo que me interesa y leer para abrirme paso a otros mundos, supongo que soy un romántico.

Una infancia estricta:

En cuanto mis padres descubrieron que era algo así como un niño súper inteligente, empezaron a prestar más atención a mis estudios, presionaban más para que siempre fuese el mejor, sin excepciones. Me obligaban a leer durante horas y tener horarios estrictos para tener un mejor rendimiento a la hora de estudiar. Al principio, me molestaba bastante, parecía un robot y mi mente no descansaba lo suficiente, estaba agotado pero, decidí seguir haciéndolo porque para ellos era importante y soñaba con tener una casa propia y una carrera de la que poder presumir, solo me centraba en eso. Sacaba muy buenas notas, algo que a mis compañeros de clase no les hacía mucha gracia, tuve abusos de todo tipo y llegaba a casa solo con ganas de meter mi cabeza entre los libros y olvidar lo que había ocurrido.

Mi adolescencia también fue dura pero, esta vez, mi problema era que no hablaba demasiado y no me socializaba, vestía siempre de etiqueta y entraba en los mejores colegios privados para conseguir entrar en la Universidad de Harvard, hacía un montón de actividades extracurriculares, incluso, si se me daban fatal como basketball o fútbol, aunque se rieran de mí por ser torpe, solo tenía un objetivo en mente. Me gustaba escribir, así que, me apunté al periódico de la escuela y a los clubes de lectura para tener más opciones y hacer algo que realmente me gustara hacer. Supongo que debía sacrificar algunas cosas para tener lo que realmente quería.

La Universidad y la etapa adulta:

La etapa universitaria en Harvard fue perfecta, increíble y llena de todos esos conocimientos que quería absorber. Estudié periodismo y durante el tercer año, me empezó a interesar enseñar a estudiantes universitarios, así que, dediqué tres años más a prepararme para ello. Terminé la carrera e hice un postgrado, más tarde, un doctorado y accedí a Harvard como profesor universitario de periodismo y preparación para la vida universitaria de nuevos alumnos. Durante esos tiempos, supe lo que era la libertad, el vivir entre estudiantes, comprar mi propia comida y organizar mis horarios, disfrutar un poco más de mi tiempo de lectura y mis aficiones. Tan solo me gustaba estar conmigo mismo, entre libros, no me gustaban las fiestas y tampoco soportaba los ruidos, así que, incluso, pude conseguir una habitación individual, mis padres la pagaron sin rechistar porque querían que solo me centrara en estudiar y que nadie me molestara.

Todo esto, me pudo proporcionar el poder comprarme una casa grande y bonita en el centro de Nueva York donde pude construir mi propia biblioteca para tener todos los libros que había leído hasta aquel momento, para sentirme a gusto en mi propio ambiente y saber qué era vivir alejado de todo y, a la vez, feliz.

Angela, una sorpresa inesperada:

Tras un día realmente duro en la Universidad, volví a casa y me preparé un café. Recuerdo haberme sentado en el sillón de la biblioteca para disfrutar de un poco de paz y ser interrumpido por el sonido del timbre. Vi a una niña de unos siete años allí de pie, dándome un papel donde demostraba que era mi hija, sin ninguna duda, tuvo el valor de repetir el análisis dos veces. Quería que aquello no fuera verdad, quería que ese problema tan solo desapareciera, así que, la dejé pasar y sentarse en la biblioteca mientras localizaba a su madre. Vino a recogerla tras una media hora de espera donde no supimos muy bien qué decirnos. Era Pam. Fue una de mis novias de la Universidad pero de la cual me enamoré locamente y no pude olvidarme de ella hasta siete años después. Tuvimos una ruptura bastante dolorosa y pude volver a verla por última vez.

Podría haberle dicho muchas cosas, incluso, accedido o interesado a ayudarla tras todos estos años ignorante de que tuviera una hija pero no lo hice. Nunca me han gustado los niños, les he visto como un lastre, seres moldeables e inocentes y vuelven a sus padres esclavos. Simplemente, dejé que Pam se llevara a Angela y no volví a verlas. Fue una sorpresa, todo hay que decirlo, pero no una que me interesase lo más mínimo tener o que quisiera entender de alguna forma, aquello había sido un mero accidente, una tontería de una niña pequeña que no podía mantener sus manos quietas y con necesidad de fisgonear en las cosas de su madre. Al parecer, Pam seguía guardando mis cosas… No debía interesarme. No estaba interesado, en ninguna de ellas y no me arrepiento.

Un futuro de aprendizaje:

Supongo que, para cualquiera, terminar tu vida solo es lo peor que te puede pasar pero, para mí, es lo más placentero. Llegan épocas en la vida donde puedes sentir esa libertad y esa poca responsabilidad con otros, tan solo la tienes contigo mismo y lo que te rodea, tienes lo que necesitas y sigues caminando hasta que tu vida se termina. Creo que es un buen pacto. Creo que no me gustaría jubilarme nunca, no me imagino dejando la Universidad, crecí allí y maduré allí, supe lo que quería hacer con mi vida y fue mi meta desde la escuela, no me veo sentado en casa en una silla sin enseñar, sin aportar un poco de aprendizaje al mundo.

Aunque no lo parezca, cualquiera con 48 años de edad, puede tener una meta que siempre ha querido alcanzar y escribir un libro ha sido la mía. He estado leyéndolos durante tanto tiempo que quizá, es momento de que alguien lea algo que yo escriba y le aporte cierta sabiduría. Por supuesto, no me veo casado ni con hijos, quiero vivir la vida que me quede con libertad, trabajo duro y superación, tal y como mis padres me enseñaron desde pequeño, no quiero que nada interrumpa mis letras, mi enseñanzas y reflexiones. Sigo queriendo y teniendo esos rollos de una noche porque me dan un poco de calor humano, no me arrepiento y es un deporte que cualquiera puede practicar cuando quiera. No todos viven solo del dinero, otros viven de lo que leen.


Recuerda que puedes apoyar el blog a través de Patreon, escribo relatos más elaborados y personales:

www.patreon.com/trackontime